viernes, 14 de noviembre de 2014

Claroscuros

Sola en el sofá por un momento. En esta casa eso es muy complicado. En serio, no sé qué hacer. Supongo que al resto le pasará exactamente lo mismo cuando yo no salgo en todo un fin de semana (es raro, pero ocurre). Estos momentos de silencio, tranquilidad, con el mando en mi poder o la música a tope. Sea como sea, me permite pensar.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Madrid, Madriz, Madrit, Madrí

Suena el despertador a las 8. Ha sido una noche larga y llena de nervios. Tengo que meter en una maleta gigante toda mi habitación antes de las 10. Me voy a Madrid. Tengo miedo.

Madrid es una maldita ciudad enorme, con ruido a todas horas, un tráfico (y contaminación) insoportable, en la que para ir a cualquier lugar hay que ir en transporte. Y todo es nuevo y diferente a lo que conozco... ¿Qué pasa si soy un maldito bicho raro que no se adapta, no hace nuevos amigos y entra en depresión? Estoy muy muy asustada.

Si o no.

Sólo necesito un folio blanco, una hora tranquila y un bolígrafo verde. Y, no sé, dejarme llevar, música de fondo, nada que explicar, nada que decir, todo que contar.
Ponerme, sin esperar nada a cambio, sin saber qué va a salir, qué mierdas voy a vomitar en el papel o si al final el folio va a acabar mojado. Una historia estúpida, una crítica ácida, un cúmulo de parrafadas que me gustaría decir y no digo, dos o tres palabras que nunca me atrevo a decir, una evasión de la que me cuesta mucho salir y, también, entrar.
Sé que necesito ese momento que nunca encuentro cuando quiero.