lunes, 11 de julio de 2016

Dos palabras bastan

Me gustan las sopas de letras. De las de pasta. De las que te permiten escribir todas las historias imaginables y todas las incontables. De las que de un plumazo, más bien una cucharada, desaparecen y aquí no ha pasado nada. Que las soplas y se enfrían, como los recuerdos hundidos en el pozo de la memoria.