Jamás reconoceré haber escrito que te busco en cada esquina sin encontrarte nunca. Quizá porque realmente no lo quiero. Quizá porque si te encuentro sé exactamente lo que haré. Y cómo lo haré. Sé perfectamente con qué te partiré la cara para no comerte a besos. Aunque no sé qué me resultaría más fácil.