jueves, 22 de octubre de 2020

Brindis a distancia

Quedemos para vernos, sin mirarnos. Nos distraeremos con las gotas que golpean los cristales a falta de enjuagarnos las lágrimas que corren en silencio. El vaso en una mano, la sonrisa falsa pintada en la cara. Cada uno en una esquina, lamiéndose las heridas sin bajar la guardia. Porque duele, vaya si duele.

Duele como si miles de cristales me rasgaran la piel. Duele como si caminara sobre un volcán en erupción. Duele como un baño en agua helada. Duele